OÍDO

El
sonido y la forma convergen en la vibración. Por ejemplo, las
imágenes por ultrasonido o ecografías involucran la exposición del
cuerpo a ondas acústicas de alta frecuencia para producir imágenes
del interior del organismo. Otra
clara manifestación de este hecho nos la ofrece el tonoscopio. Sin
ir más lejos, escribiendo Cymatics Mozart en Youtube, encontramos un
ejemplo de cómo la misma voz humana es capaz de dibujar formas
geometrías.
Un
experimento tan sencillo como impresionante: dos altavoces de alta
definición, una plancha fina de metal y arena o polvo de licopodio,
de origen vegetal. A continuación reproducir notas cada vez más
agudas a través de los altavoces. El resultado es el siguiente:
las vibraciones se distribuyen con idéntica intensidad por toda
la superficie del metal, produciendo ondas iguales que chocan unas
con otras. Cuando dos ondas colisionan, se anulan entre sí. Es lo
que llamamos
un punto de encuentro. La arena se va acumulando en las zonas
que no vibran, es decir, en los puntos de encuentro. Es fácil
observar que, a más agudas sean las notas, la trama se hace más
pequeña.
El sonido es
una parte integral de nuestra vida. Desde antes de nacer el ser
humano ya esta rodeado de sonido: los latidos cardiácos de la madre,
los de su respiración, los fluidos.
Vivimos en un mundo de sonidos. Sonidos musicales y caóticos, familiares y extraños. Sonidos agradables, sonidos inquietantes. Sonidos que destrozan y sonidos que curan. Algunos los oímos y otros no.
Vivimos en un mundo de sonidos. Sonidos musicales y caóticos, familiares y extraños. Sonidos agradables, sonidos inquietantes. Sonidos que destrozan y sonidos que curan. Algunos los oímos y otros no.
El
propósito de este proyecto es crear diferentes ambientes sónicos y
experimentar con sonidos tanto vocálicos e instrumentales, así como
los sonidos de la vida diaria y la naturaleza. Trataremos la
vibración de forma original experimentando con las diferentes
vibraciones en relación con el resto de sentidos. Pues es
interesante observar cómo somos capaces de atribuir cualidades
visuales a elementos auditivos o viceversa. Y es que la energía de
la vibración produce reacciones en nuestra materia y la mente asocia
este movimiento a las sensaciones que hemos sentido o percibido
antes; nuestro sentidos actúan paralelamente, cuando estamos oyendo,
también podemos captar olores, colores, sensaciones que nos llevan a
relacionarlos de cierta manera. Si todo son cuerdas, la composición
es la misma.
Para
poder trabajar diferenciaremos tres tipos de frecuencias: las
naturales, las cerebrales y las
curativas,
que se desarrollan a continuación:
FRECUENCIAS
NATURALES
Éstas
se dan en la Naturaleza, por ejemplo los tonos de las órbitas de
los distintos planetas. La Resonancia Schumann (7.83 Hz) es conocida
como el latido de la Tierra debido a que todo ser vivo se ha
desarrollado con el pulso o tono que procede de dicho trasfondo. Esto
se da porque el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera
actúa como una guía de onda, las dimensiones limitadas terrestres
provocan que esta guía actúe como cavidad resonante para las ondas
electromagnéticas en la banda ELF. De hecho, el carecer de este
latido, puede ocasionar desórdenes fisiológicos, tal como lo
corroborara la NASA al monitorear a los astronautas en órbita.
Son las frecuencias asociadas a los diversos estados mentales.
La sincronía estimulada por los ritmos binaurales es un aspecto principal que asiste al cerebro para funcionar a con un mayor rendimiento. El cerebro forma continuamente nuevas conexiones a las que le siguen nuevas experiencias. La calidad y fuerza de las conexiones neuronales puede variar de acuerdo con el estímulo recibido por el cerebro. Los ritmos binaurales en el rango Alfa, Teta y Delta proveen un continuo suministro de relajación y estimulan un recableado a través del cálculo de señal audio-neurológica. Estas nuevas experiencias auditivas en el cerebro producen una explosión de nuevas conexiones entre las neuronas y a través de la repetición, estas nuevas rutas neuronales van ajustándose: justo como estar yendo a un gimnasio donde las conexiones más fuertes en nuestro cerebro son las que sobreviven. El proceso de ritmo binaural funciona de la misma forma que la meditación. Después de varias semanas, el cerebro se torna más flexible y empieza a procesar, de modo permanente, recuerdos y memorias relajadas en ambos hemisferios. Por ejemplo el investigador Andrew Neher investigó los efectos del tamborileo sobre los modelos de EEG y descubrió que el martilleo rítmico alteraba espectacularmente la actividad de las ondas cerebrales. Michael Harner nos explica como otros investigadores de los rituales chamánicos han que descubierto que en los procesos de iniciación predominaban las frecuencias de martilleo del tambor de la gama theta de frecuencias de EEG.
Fue Lesh quien a partir de los descubrimientos asociados a la luz y el sonido realizó la siguiente clasificación de los estados mentales en relación a la ondas cerebrales:
TABLA
DE LESH
TIPO
DE ONDA y voltajes
|
FRECUENCIA
|
SITUACION
MENTAL RELATIVA A LA QUE CORRESPONDE
|
DELTA
10-50 micro voltios |
0,2
a 3,5 Hz |
Estado
hipnótico, hemisferio cerebral derecho en plena actividad,
sueño profundo , meditación |
THETA 50-100 micro voltios |
3,5
a 7,5 Hz |
Estado
de vigilia, equilibrio entre los hemisferios izquierdo y derecho,
plenitud, armonía, |
ALFA 100-150 micro voltios |
7,5
a 13 Hz |
Relajación,
tranquilidad, creatividad inicio de actividad plena del hemisferio
izquierdo y desconexión del hemisferio derecho. |
BETA 150-200 micro voltios |
13
a 28Hz |
Estado
de alerta máxima, vigilante, miedo, es la frecuencia al
estar despiertos, conduciendo, o trabajando en en estado de
alerta. |
RAM-ALTA +200 micro voltios |
+
de 28 Hz |
Estado
de stress y confusión. |
Las
ondas enviadas a la mente armonizan su ritmo con las de nuestro
propio cerebro, según han mostrado estudios con
electroencefalograma. Ello permite producir a voluntad los estados
mentales característicos de las diversas ondas cerebrales. En el
océano sobre en el que se asienta nuestra conciencia se alzan
cuatro tipos de ondas, que se distinguen según su margen de
frecuencia.
|
||
DESCRIPCIÓN
DETALLADA
ONDAS
BETHA: Originan un campo electromagnético con una frecuencia
comprendida entre 13 y 28 Hz (vibraciones por segundo). Se
registran cuando la persona se encuentra despierta y en plena
actividad mental. Los sentidos se hallan volcados hacia el
exterior, de manera que la irritación, inquietud y temores
repentinos pueden acompañar este estado.
ONDAS
ALFA: están asociadas con estados de relajación. Se registran
especialmente momentos antes de dormirse. Sus efectos
característicos son: relajación agradable, pensamientos
tranquilos y despreocupados, optimismo y un sentimiento de
integración de cuerpo y mente.
ONDAS
THETA: Con una frecuencia de 4-7 hz., se producen durante el sueño
(o en meditación profunda, entrenamiento autógeno, yoga...),
mientras actúan las formaciones del subconsciente. Las
características de este estado son: memoria plástica, mayor
capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración
creativa.
ONDAS
DELTA: surgen principalmente en el sueño profundo. Sus estados
psíquicos correspondientes son el dormir sin sueños, el trance y
la hipnosis profunda. Las ondas delta resultan de gran importancia
en los procesos curativos y en el fortalecimiento del sistema
inmunitario.
|
FRECUENCIAS
CURATIVAS
Son
las frecuencias que se utilizan para restaurar el equilibrio en el
cuerpo. En este punto cobra sentido la Historia de la Música en la
Evolución del Hombre.
Entre
las técnicas terapéuticas encontramos la ya nombrada cimática.
Para este apartado trabajaremos de forma artística a partir de la
Terapia vibracional, por ejemplo con cuencos tibetanos, metálicos o
de cuarzo, utilizando como base de experimentación la información
contenida en el Vademécum de frecuencias de inducción cerebral y
los conocimientos de diferentes prácticas orientales.
Los
tonos de los cuencos crean un balance energético y sincronizan los
hemisferios cerebrales, produciendo un centramiento. Los sonidos y
vibraciones tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales
favoreciendo los estados de relajación y meditación.
El sonido nos afecta por el principio de resonancia, por el que una vibración más intensa y armónica, contagia a otra más débil o disarmónica.
El sonido nos afecta por el principio de resonancia, por el que una vibración más intensa y armónica, contagia a otra más débil o disarmónica.
Utilizaremos
diferentes instrumentos, por ejemplo el sitar, involucrando también
los diferentes sistemas musicales en diferentes culturas y su
relación con las formas subyacentes.
Otra
base de la que podemos partir, son las frecuencias Solfeggio,
utilizadas antiguamente en cantos gregorianos y sánscritos:
01
= 174 Hz
02
= 285 Hz
Ut
= 396 Hz : LIBERACIÓN DEL MIEDO Y LA CULPA
Re
= 417 Hz: FACILITA
EL CAMBIO
Mi
= 528 Hz: TRANSFORMACIÓN Y REPARACIÓN DEL ADN
Fa
= 639 Hz: CONEXIÓN Y RELACIÓN
Sol
= 741 Hz: LA INTUICIÓN
La
= 852 Hz: LA ESPIRITUALIDAD
09
= 963 Hz
No hay comentarios:
Publicar un comentario